Los niños del País de la Letras crecían sanos y fuertes gracias al lechero L, porque la leche es un alimento muy importante.
El lechero hacía mantequilla, batidos, queso... con la leche de sus vacas.
Se levantaba muy temprano para ordeñarlas. Ponía su leche en lecheras muy grandes y la llevaba con un carro por la ciudad.
Al llegar cerca de las casas de sus clientes, gritaba:"¡Llleecheeroo!
La gente salía a comprar la leche para su familia. Los reyes hacían lo mismo pues a sus hijos les gustaba mucho beber leche.
Un día el príncipe E tropezó y se cayó con la lechera y se echó toda la leche encima. El rey U pagó la leche derramada, pero el príncipe devolvió el dinero quitándoselo de sus propinas. Era justo. Así aprendería a ser más cuidadoso.
Cuando la L va en compañía de los reyes y de sus hijos decimos:"Lu, la, li, lo, le".
Ahora ya podemos leer todas estas palabras: "palo, polo, lupa, pala, ola, lila, papel, ala...".
Seguro que encontraremos muchas más.
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